martes, 28 de diciembre de 2010

Siente


Acaso no es el mismo aire el que respiras, o la misma fragancia la que hueles cuando te acercas a mí, es motivo el susurro de los pájaros para no escuchar lo que tanto anhelo decir. Truenos, relámpagos y destellos junto a ti, inundados besos de deseo, silencios por descubrir, sentada junto al árbol espero. Fruto del amor y la ternura, cariño y devoción con ardor, surgen sentimientos lejanos, que jamás olvidó mi corazón.
Castigada por la soledad y amargura de mi ser, angustias pasadas que vuelven a renacer, ¿acaso el amor no muere? es probable que el alma lo mantenga hasta el fin.
Luces, sombras, triunfo y amor, sucio o limpio, conformidad y resignación. Mundos perfectos y separados, muros derrumbados por amor, montañas no escaladas, suspiros del corazón.
Ríe el sol cuando sonríes, llora la luna cuando te vas, suplicas clemencia cuando estoy contigo, mas sólo tu amigo, la oscuridad.
Irrumpes vidas, mueves aguas, nadas pozos y caes sin más. Mas todo tierno deseo desaparece aliado a la mar, porque más rápido que son las olas, por muy alborotadas que estén, el amor del hombre nada y muere en su ser.
Vidas pasadas y repletas, amores por comenzar, vidas nuevas y separadas, no indagues el más allá, porque más fuerte que el destino, es la forma de llegar.
Silueta perfecta y precisa, amores ocultos que van, basta de hacerse daño que hay un mundo por empezar.
Anhelos de tu alma y la mía, fruto de amor y sal, siempre azuquita, palabras que solo tú entenderás.

Laura, 13 de septiembre 2007.

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